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sábado, 14 de febrero de 2009

15 de febrero de 2009

Image Entrega de los restos de 5 personas a familiares de la masacre del 16 de mayo de 1998
Image Historia de la Galería de la Memoria

de las víctimas de crímenes de Estado

Image De Adolfo Pérez Esquivel al Presidente Uribe

Cuando participé hace unos meses en el Tribunal de los Pueblos

Image Territorio e Vita Di America, Africa, Asia, Oceania ed Europa


Una nueva barbarie contra un pueblo olvidado

Carmelo Agámez, ! Libertad Ya ¡
Escrito por E. T. Movice
martes, 10 de febrero de 2009

CarmeloDetenido bajo montaje judicial

“CARMELO AGÁMEZ es defensor de derechos humanos y líder del MOVICE en San Onofre, Sucre. Su vida ha estado consagrada a denunciar los crímenes cometidos por los paramilitares y los políticos corruptos (…) En la década de 1980 militó en la Unión Patriótica y por esa causa sufrió un atentado, la prisión y el exilio. Luego, como el resto de sus coterráneos, soportó los rigores del régimen de terror y esclavitud que se instauró bajo el mando del jefe local de las Auc, Rodrigo Mercado Peluffo, alias Cadena. Vio a muchos de sus amigos y vecinos ser llevados a la hacienda El Palmar, donde fueron torturados, asesinados y enterrados en fosas comunes, por órdenes de los jefes políticos del departamento.
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Comunicado a la Opinión Pública PDF Imprimir E-Mail
Escrito por jukito
jueves, 12 de febrero de 2009
ImageEl Movimiento de Victimas de Crimenes de Estado- Capitulo Antioquia reproduce este comunicado y se solidariza con La Asociaciòn de Familiares de Detenidos Desaparecidos ASFADDES, rechazamos todos aquellos actos que limiten el libre ejercicio de exigencia por la Verdad, la Justicia y la Reparaciòn Integral

Asfaddes Medellin
COMUNICADO A LA OPINIÓN PUBLICA

Nuevamente la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos-ASFADDES- es amenazada por paramilitares hoy águilas negras

Una vez más, los enemigos de la vida y de los derechos humanos buscan mediante amenazas, coartar nuestro legitimo derecho a dignificar a los detenidos- desaparecidos y acallar cobardemente nuestras voces, que desde hace mas de 26 años luchamos por lograr un país sin desaparecidos, ni impunidad y por el reconocimiento y aplicación de nuestros derechos a conocer la verdad real, la justicia proporcional, la reconstrucción de la memoria y la reparación integral.

Hechos

En horas de la mañana del día lunes 2 de febrero de 2009, llegó a la oficina sede de nuestra Seccional en la ciudad de Bucaramanga, un sobre con un mensaje de amenaza a todas las organizaciones que realizamos el día 23 de enero, el acto de Memoria y Dignificación, por RICKY NELSON AMADOR, WILSON PACHECO QUIROZ, ENDER GONZÁLEZ BAENA, OSWALDO ENRIQUE VÁZQUEZ QUIÑÓNEZ Y OSCAR LEONEL BARRERA SANTA, cinco de las veinticinco personas Detenidas-Desaparecidas el 16 de mayo de 1998 en Barrancabermeja (Santander) y cuyos cuerpos fueron devueltos a sus familiares en la sede del DAS en horas de la mañana de ese día, 23 de enero.

Instamos al Gobierno Nacional:

· A realizar inmediatamente un seguimiento responsable de esta nueva amenaza que no solo atenta contra nuestro legitimo derecho a dignificar la memoria de nuestros seres queridos detenidos – desaparecidos, mediante actividades públicas y expresiones de amor por ellos, sino que además niega el derecho a realizar actos de resistencia pacífica.

· Dar cumplimiento de sus obligaciones, como garante de la protección de los defensores y defensoras de derechos humanos y el pleno ejercicio de nuestra labor.

· Pronunciarse pública y enérgicamente, repudiando estos hechos que atentan contra la integridad de los familiares de los detenidos- desaparecidos congregados en Asfaddes, quienes hemos asumido denunciar y exigir castigo a los responsables de estos crímenes de lesa humanidad.


Hacemos un llamado a las organizaciones nacionales e internacionales defensoras de derechos humanos a pronunciarse ante este nuevo hecho que una vez más atenta contra nuestro legítimo derecho a dignificar y No olvidar a nuestros seres queridos víctimas de este crimen atroz, como es la desaparición forzada.

Ni perdón ni olvido, castigo a los responsables


¡27 INDÍGENAS AWA HAN SIDO ASESINADOS!
¿Para qué masacran a los Awá?

En hechos narrados por algunos indígenas de la Comunidad AWA, el 4 de febrero, hombres armados con distintivos de las FARC-EP retuvieron a 20 personas (hombres, mujeres y niños), las cuales fueron llevadas contra su voluntad a la quebrada El Hojal de la Comunidad El Bravo, en donde presenciaron el asesinato de varios de sus compañeros. Al día siguiente se registraron enfrentamientos entre la guerrilla y el ejército nacional que no se encontraba distante de la zona, pues en horas de la tarde bombardeo entre la vereda el Bravo y el Cerro de Sabaleta, hecho que genero terror en todos lo pobladores y un desplazamiento masivo hacia el interior del territorio, Samaniego, Planadas Telembí, entre otros Municipios. Se tiene información que hay más víctimas de otros resguardos de la misma Comunidad AWA. Ante organismos de derechos humanos La ONIC denunciar'a a los autores de la masacre. Al secretariado de las FARC la ONIC le exige que se pronuncie.

Esta arremetida se inicia a partir de los hostigamientos del ejercito (grupo cabal, Batallón Contraguerrilla Mártires de Puerres de la Brigada 29, adscrita al tercera división ) a la población civil indígena, quienes entraron de manera abusiva a las viviendas, obligando mediante diferentes maltratos a miembros de la comunidad a dar información sobre la ubicación de los guerrilleros de las FARC_EP, exponiendo a la comunidad a una situación de riesgo, impotencia y miedo. No obstante el gobierno en cabeza del Ministro Santos, como es costumbre, asegura que sus hombres hasta ahora llegaron a la zona, pero que ha sido muy complicado contar con la colaboración de la Comunidad, afirmación irrespetuosa cuando son nuevamente ellos los que han puesto la población civil en el cañón de los armados. “El arraigo a su territorio, el concebirse como un pueblo con autonomía, con gobierno propio y su identidad son los pilares de la cosmovisión del Pueblo Awä; no estar sometidos a ninguna ideología, a ningún actor armado, sino basados en la autodeterminación”, así lo expresó en rueda de prensa, Luis Evelis Andrade Casama, Consejero Mayor de la ONIC-

¿Para qué masacran a los Awá? No es la primera masacre. Recordamos por ejemplo la del 9 de agosto de 2006. En el 2007 fueron asesinados 23 Awá. El terror se aplica contra los Awá. por diferentes actores armados desde hace varios años. Es el modelo de desterritorialización y despojo en zonas de megaproyectos y grandes inversiones. La región será cruzada por el megaproyecto IIRSA que une el río Amazonas, el Putumayo, Pasto y Tumaco, un eje vial multimodal que va de Belem de Pará en el Atlántico hasta el Pacífico. Al mismo tiempo las transnacionales demandan consesiones para explotar oro y otros minerales y se extienden las plantaciones de la palma aceitera. El conflicto armado, al tiempo que los enfrentamientos mafiosos por el control del tráfico de cocaína y las fumigaciones y la llamada guerra contra las drogas, se vuelven todos instrumentos de desplazamiento del pueblo Awá y las demás comunidades rurales. El Estatuto Rural en su artículo 123 prohibe atender las reclamaciones territoriales del pueblo Awá y están represadas 27 solicitudes: 4 de Constitución de Resguardos, 8 de ampliación y 15 de Saneamiento. Grupos ilegales y ley se juntan. La condena a los diferentes autores de estas masacres y de este despojo es doble como autores de crímenes de lesa humanidad y agentes de la codicia.



Uribe no ha hecho nada para lograr la Paz

El Acuerdo Humanitario no es una bandera política,
es una obligación del Estado!

Las caras de los liberados Wálter Lozano, Juan Galicia, Alexis Torres y William Domínguez, como las palabras de Alan Jara, reviven nuevamente el Acuerdo Humanitario que el presidente, el Alto Comisionado y su gabinete, pretendían poner en una fosa común. Pese a las tretas políticas promovidas por el gobierno, incumpliendo las condiciones acordadas para estas liberaciones, como los sobre vuelos militares en los territorios, la restricción a última hora de la prensa a la plataforma del aeropuerto, la exclusión de la comisión que logro gestionar estas liberaciones y el señalamiento a la prensa alternativa como cómplices del terrorismo, se ha conseguido que 6 personas hoy estén fuera del cautiverio, que regresen a la vida.

Es penoso que el gobierno como algunos medios de comunicación convencionales, en vez de celebrar que estos colombianos estén libres, se dediquen a cuestionar de manera poco objetiva las apreciaciones de quienes vivieron ese flagelo, a meter cizaña a partir de apreciaciones conducentes para que se ataque a quienes se propusieron traer con vida a esos seres humanos olvidados por Uribe. Con esto se reafirma que el único resultado de la seguridad democrática ha sido silenciar muchas vidas, anestesiar la conciencia de un sector de colombianos que pareciese le conviene la guerra e instaurar una política de miedo. Decir que el secuestro o las retenciones son abominables, que no puede seguir siendo una práctica de la guerra y que es un crimen contra la humanidad, no tiene discusión. Pero es necesario recordar, que és tan grave como la desaparición forzada, la tortura, el asesinato, las masacres y los desplazamientos, entre otros crímenes de lesa humanidad, que se convirtieron en este gobierno en una práctica sistemática aprobada por Uribe.

Artículo | Aún no encuentran cuerpos de indígenas masacrados























Fotografía: Luiz Vasconcelos, Brazil, diario A Crítica
Primer puesto en la categoría 'General News' particular. El 10 de marzo,
esta mujer forcejeaba con los policías para evitar que la desalojaran de su
vivienda en Manaus, Brasil.


Tras el rastro de alias ‘Don Mario’ (I)

La guardia de ‘Don Mario’

Por: Texto: Fernando Cárdenas H.Fotos: Óscar Kinky
El Espectador recorrió las selváticas cercanías del Golfo de Urabá, donde el ‘narco’ más buscado del país cuenta con al menos 400 hombres en armas con el brazalete de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.
Autodefensas Gaitanistas de Colombia
Foto: Óscar Kinky
En la región bananera de Urabá las huellas de la guerra se evidencian en la piel de los hombres que trabajan al servicio del grupo ilegal que mejor pague. Es la ley de la selva.

En otros lugares del mundo, un año y medio puede significar un tiempo muy corto para dar un vuelco significativo de la realidad. Pero en el Urabá chocoano, cerca de la frontera con Panamá, bastaron los últimos 18 meses para que el mapa geopolítico de toda una región privilegiada para lo ilícito se volviera a rayar.

En vista del giro en una de las zonas más abandonadas del planeta, este equipo de El Espectador recorrió varios pueblos del tapón del Darién colombiano, justo donde hoy Daniel Rendón Herrera, más conocido con el alias de Don Mario, encontró el lugar perfecto para esconderse de las autoridades y dirigir desde la selva su época dorada de poder y fortuna.

Ya en las laderas colombianas de la serranía del Darién, los pocos que se atreven a hablar del hecho cuentan que con la desmovilización de los 1.500 hombres del bloque paramilitar Élmer Cárdenas (BEC) en agosto de 2006, al mando de su hermano Freddy Rendón Herrera, El Alemán, este territorio quedó sumergido en un vacío de poder. Ni estúpido que fuera y acostumbrado a la guerra, el mayor de los Rendón de Amalfi —la misma tierra antioqueña de los hermanos Castaño Gil— supo piratear a la perfección la estructura política y militar que gobernó a sangre y fuego durante una década la región y, de paso, copar de tropa bien armada esa franja. Para ese propósito, metió de un zarpazo a 400 hombres al Chocó hace dos meses, tras entrenarlos en un campo especializado en el lado antioqueño del mapa. Lo mismo ha hecho en otros lados, como Córdoba y el Bajo Cauca antioqueño.

Si se mira el mapa de norte a sur, el viaje comienza casi en la frontera, en Acandí. Un pueblo costero sin magia, con presencia de las autoridades estatales, aunque por debajo de la alfombra mandan los “urbanos” de las llamadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), el brazo armado de Don Mario y sus amigos. Esta es una de esas verdades que en los caseríos todos saben, incluso las amas de casa, pero que nadie las comenta por miedo a las represalias. Los mudos viven más, dicen.

Así que no hay nombres propios en la grabadora. En especial el de las autoridades locales, que intentan tildar sus comarcas como remansos de paz, y al mismo tiempo demandan protección por la amenaza de los grupos ilegales que operan en la comarca. “Uno está acá en la Alcaldía protegido, pero si sale, en cualquier momento te pueden matar”, aclara uno de ellos en su oficina sin luz eléctrica.

La discreción general no impide que se filtren los últimos acontecimientos. Como la jugosa oferta que llega desde el monte, de casi dos sueldos mínimos a quien empuñe un fusil con los gaitanistas y se anime a recorrer esa cordillera desde el Parque Los Katíos hasta Capurganá. La bola corrió en todo el país: Don Mario paga el mejor sueldo de la guerra. A los patrulleros, 700.000. Al trabajo político en un pueblo, dos millones. Y si dirigen las finanzas de la organización, llámese manejo de lanchas rápidas, el sueldo puede llegar a los 10 millones.

Una tentación que incluso tiene amenazados los proyectos productivos de pesca y turismo de los paramilitares desmovilizados, pues se paga la mitad del sueldo de los gaitanistas. De ahí que desde la cárcel de Itagüí, El Alemán, en medio de las versiones libres bajo la Ley de Justicia y Paz, reclama por la suerte de sus antiguos hombres. “Estoy muy preocupado, porque me los están amenazando para que dejen todo y se vuelvan al monte”, sostuvo, sin decir que en los últimos meses 150 de sus 400 hombres inscritos en cooperativas ya se han ido a las filas de su hermano.

En Acandí, Don Mario es el que les da trabajo a casi todos los dueños de lanchas y tiene convertida la playa de este pueblo en un centro de reunión de traquetos. Ahora mismo, este periodista está sentado almorzando en la costa caribeña al lado de

  • Texto: Fernando Cárdenas H.Fotos: Óscar Kinky



Página

La detención de 13 ‘paras’ en una semana evidencia la gravedad del problema

Las Águilas Negras volaron a Venezuela

Por: Enrique Rivas G. / Enviado especial al Táchira
El Espectador recorrió el Táchira, donde estos grupos montaron estructuras ilegales que se convirtieron en un poder que controla casi todo y ofrece hasta seguros de vida.
Violencia en Ciudadela Juan Atalaya
Foto: Fundación Progresar
En 2003, esta escena era común del diario vivir en la Ciudadela Juan Atalaya de Cúcuta, donde grupos al margen de la ley eran el poder.
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31/01/2009 - 10:00pm | “Este es un país de forajidos”

Pedro Díaz está seguro de que hasta enero del próximo año vivirá sin miedo a morir y que tampoco atacarán a los suyos. Él se blindó de estos males comprando un seguro de vida de cuatro millones de bolívares que las Águilas Negras le vendieron por cuotas y que le permite transitar con claves y señales en todo el Táchira, un estado en el que a estos grupos se les atribuye el 85% de los 506 homicidios registrados en 2008.

El seguro forma parte de la realidad venezolana, sobre todo en San Cristóbal, San Antonio del Táchira, Ureña, Rubio, La Fría y Barrancas, poblaciones de la frontera colombo-venezolana donde trabaja Díaz, director de la fundación Una Luz por la Vida, ONG que se encarga de contabilizar las víctimas del sicariato.

A Pedro lo contactaron el 4 de enero pasado a través de una llamada a su celular. Lo citaron luego a la iglesia de La Consolación de Táriba, un municipio cuya cabecera es Barrancas. Ya dentro del templo, le hicieron firmar un documento y le entregaron una calcomanía que le sirve de identificación para el carro. Es un escudo, aparentemente del Deportivo Táchira, que lleva un águila y tiene una clave que no es fácil de identificar, según él.

No es la única señal que contempla el seguro: cuando sale para Elorza, en el estado de Apure (en límites con Arauca), presenta una cuchara, o cuando va a La Fría, frente a Puerto Santander (Colombia), muestra en la alcabala (puesto de control policial) un jabón de baño. “Se llama la vacuna de la vida”, dice sin pudor Pedro, al resaltar también que prefiere pagar por su seguridad a estos grupos que confiar en los escoltas que le brinda el gobierno.

Pero no es sólo con el seguro que las Águilas Negras están haciendo dinero. Según Díaz, ellos están cobrando por protección a personas del barrio Obrero, plazas de mercado, algunos inversionistas del centro comercial Sambil, vendedores ambulantes y las zonas industriales de San Cristóbal y Barrancas, donde alias Toyota es el poder en la sombra.

Un poder mimetizado que no escapa al escrutinio público. La gente, desde el anonimato, advierte que las autoridades casi siempre atribuyen los homicidios en el Táchira y la frontera, con 12.000 víctimas entre 2003 y 2008, a enfrentamientos entre delincuentes cuando en realidad sólo el 15% de las muertes es adjudicable a la guerrilla y a bandas sicariales.

“Llegó un momento en que San Cristóbal tuvo más sicarios y ‘perros’ (como les dicen a los delincuentes comunes que cobran las vacunas de los ‘paras’), que buhoneros (vendedores ambulantes)”, afirma Díaz con cierta sorna.

De estas “vacunas” no se escapan los taxistas. Durante un recorrido de dos días por San Cristóbal, los conductores le dijeron a El Espectador que ellos pagan a los paracos 10.000 bolívares mensuales, los cuales cancelan directamente a las empresas donde están afiliados. Claro está, aclaran que no todo este gremio —de unos 20.000 transportadores— está pagando, aunque creen que sí lo hace un 50% de ellos.

Lo anterior es apenas una parte de ese liso y gran tapete que cubre los males del Táchira y la frontera con Colombia, que cuando se sacude y la polvareda reposa, se descubre un estado con más de un millón de habitantes presa de los delincuentes.

Enrique Rivas G. / Enviado especial al Táchira | EL ESPECTADOR

El rastro del horror

Por: Carolina Gutiérrez Torres
La desaparición de jóvenes en presuntos combates con el Ejército no cesa. Estuvimos en Boyacá en la exhumación de dos bogotanos. Para ver la galería correspondiente haga clic AQUÍ.
Exhumación de jóvenes
Foto: Gabriel Aponte - El Espectador
Los restos de Nolbeiro Muñoz Gutiérrez, de 23 años de edad, exhumados por la Fiscalía el pasado jueves en el municipio de Chivor, Boyacá.
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24/01/2009 - 10:00pm | Los testigos del Catatumbo

Doña María Eugenia Gutiérrez sólo se atrevió a observar de reojo el gesto de agobio del sepulturero mientras abría la caja de madera en la que yacía el cuerpo de su hijo. Lloró, se reclinó sobre una lápida, apretó las manos frías, se las llevó a su boca. Lo vio cubierto por una sábana sucia. El hombre levantó la tela y dejó ver el cadáver, esquelético, de Nolbeiro Muñoz Gutiérrez. Doña María no quiso ver más, se escondió tras un pañuelo y el abrazo de compasión de una desconocida.

Había viajado durante siete horas desde Bogotá hasta Chivor, el inhóspito pueblo de Boyacá donde murió su hijo el pasado 17 de septiembre. La causa: “Proyectil de arma de fuego en conflicto armado con el Ejército”, reza en los informes oficiales. “Un falso positivo más”, denunció hace una semana el personero de Bogotá, Francisco Rojas Birry. Según él, un capítulo más del escándalo de las ejecuciones extrajudiciales que se volvieron noticia nacional en septiembre del año pasado con las desapariciones y ejecuciones de 12 jóvenes de Soacha y Bogotá a manos del Ejército.

El viaje de doña María comenzó el pasado jueves a las 4:00 a.m. en la Personería de Bogotá. Ese día recorrería el mismo camino de la muerte que había transitado su hijo meses atrás. Él, según cuentan algunos testigos, partió el 16 de septiembre de 2008. Estaba en el parque del barrio Gustavo Restrepo, en la localidad Rafael Uribe Uribe, cuando unos hombres lo recogieron en una camioneta de platón junto con Alexánder Quirama Morales, de 31 años, la segunda víctima de esta historia. La camioneta, dicen, debió recorrer la misma ruta que doña María estaba a punto de realizar.

Primera parada

Doña María iba acompañada de su hijo Mauricio y su nuera, Constanza García. La primera parada era Garagoa, Boyacá. Allí, en Medicina Legal, recibirían el certificado de defunción, el acta que atestiguaba que Nolbeiro y Alexánder habían muerto de un “shock hipovolémico” a causa de “heridas múltiples por proyectil de arma de fuego”. “¿Qué significa eso?”, preguntó la señora María, que apenas tenía cabeza para recordar la última vez que vio a su hijo (hace 24 meses), la última vez que lo escuchó (hace cinco meses), la última vez que lo pensó vivo (hace ocho días). “Muy sencillo, que murieron desangrados”, respondió con frialdad Héctor Quirama, el hermano de Alexánder.

Carolina Gutiérrez Torres |

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