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jueves, 22 de mayo de 2008

::::MUERTE DE MANUEL MARULANDA::::

::::MUERTE DE MANUEL MARULANDA::::

Martes, 27 mayo 2008
por: Prensa - Colectivo
PARAMILITARES CONDENADOS POR EL ASESINATO DEL LÍDER ESTUDIANTIL DE LA UNIVERSIDAD DE MAGDALENA, HUGO ELÍAS MADURO EN EL AÑO 2000
(Colombia) (Autor: CCajar)

A 23 y 40 años de prisión fueron condenados respectivamente los paramilitares Luís Carlos López Castro y Helmer Sait Hincapié de la Cruz, por el asesinato del líder estudiantil Hugo Elías Maduro el 26 de mayo del 2000 quien estudiaba economía en la Universidad del Magdalena.

Según el Juzgado Penal del Circuíto Especializado de Santa Marta, fueron Helmer Hincapié de la Cruz y Luís Carlos López Castro, parrillero y conductor de la moto, en la cual se movilizaban, ambos miembros del Bloque Norte paramilitar, quienes siguiendo las órdenes de Jesús Ignacio Roldán Pérez, alias “Monoleche” asesinaron los estudiantes. Hugo Maduro, fue ultimado de tres disparos realizados a quemarropa, con una arma calibre 38, luego que fuera ubicado por los paramilitares en su lugar de residencia y después que éste mismo opusiera resistencia.

Es de destacar que el asesinato de este líder estudiantil fue ordenado por Hernán Giraldo, jefe paramilitar del Bloque Tayrona, quien como él mismo reconoció en versión libre, ordenó a alias “mono leche” asesinarlo.

Estas acusaciones son ratificadas por el mismo paramilitar homicida, Luís Carlos López Castro quien confesó haber ingresado en 1998 al Bloque Norte y estar al mando de alias “Mono Leche”. López Castro, trabajó como vigilante en la Universidad de Magdalena, lo que le dio pleno conocimiento de las actividades del líder estudiantil.

Para el Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” es claro que esta conducta demuestra el nivel de planeación y filtración de los paramilitares al interior de las universidades con fines sicariales, que ha asesinado a cientos de líderes en connivencia con autoridades locales e institucionales, cuya finalidad es la de acallar aquellas voces que denuncian y hacen frente a la injusticia y al terrorismo como política de Estado.

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Con el nacimiento del Consejo Suramericano de Seguridad, Colombia se puede quedar aun más sola en el continente.

El contrapeso al Tío Sam

¿Cómo se está moviendo el ajedrez político militar de la región?



El presidente Luiz Inacio Lula da Silva, de Brasil, intenta liderar una iniciativa de seguridad para Suramérica cuyo primer escollo es la negativa de Uribe a participar en ella. Se creó una comisión encabezada por Chile para discutir los pro y los contra de dicha iniciativa

Fecha: 05/24/2008 -1360
La idea de crear un Consejo Suramericano de Seguridad, una especie de Otan del continente, les gustó a todos los presidentes de la región, menos a uno: Álvaro Uribe. El gobierno de Colombia fue la voz disonante durante la cumbre realizada en Brasil para discutir esta propuesta.

Uribe, aunque anunció que estudiaría la iniciativa, expresó claramente que la OEA sigue siendo el espacio para dirimir los conflictos de la región. Algo de lo que no todos los demás están seguros. La OEA, como se sabe, es un espacio donde Estados Unidos termina imponiendo sus políticas, lo que les genera desconfianza a casi todos los gobiernos de izquierda de América Latina, que suelen ser antiimperialistas.

La propuesta de un consejo de seguridad es el desarrollo lógico de los esfuerzos de integración suramericana que ha venido liderando Brasil. Para nadie es un secreto que, al sur del Río Grande esta es la Nación más poderosa del continente, que está disparada económicamente, y que los más serios analistas del mundo le auguran en pocas décadas un lugar entre las cinco grandes potencias del planeta. Nadie que aspire a construir una potencia deja de lado el tema de la seguridad.

Los presidentes de la región se reunieron en Brasil para crear la Unión Surameriana
Por el contrario, guste o no, esta suele ser la piedra angular sobre la que se edifican los grandes proyectos de integración. La Otan, por ejemplo, fue la primera piedra a la unidad europea, y mucho antes de que la OEA viera la luz, ya existía la Junta de Defensa Interamericana.

Brasil no está disputando abiertamente el liderazgo militar de Estados Unidos. "Se trata de que algunos problemas de los suramericanos sean resueltos en instancias de Suramérica. Es una propuesta abierta para ir diseñando la arquitectura de la defensa latinoamericana" ,dice Héctor Saint- Pierre, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Estatal Paulista de Brasil. Pero si la idea de un Consejo Suramericano de Seguridad sale adelante, sin duda el Tío Sam pierde terreno en su patio trasero. El Consejo sería un mecanismo ágil y funcional para trabajar en prevención o reacción frente a conflictos fronterizos, que serviría para compartir formación y hacer ejercicios militares conjuntos, y para construir un mercado regional de material de guerra.

Así, por ejemplo, un conflicto entre varios países, como el que desató el bombardeo al campamento de Raúl Reyes, no sería tratado en primera instancia en la OEA -donde Estados Unidos tuvo influencia según muchos para que Colombia no fuera sancionada-, sino en este Consejo, donde sin duda los brasileños llevarían la batuta y donde Colombia habría salido, seguramente, condenada.

En últimas, el Consejo sería una instancia más política. Según Saint-Pierre, la idea es que este consejo no sea una instancia sólo de militares, como lo es la Junta Interamericana, sino un espacio más político, con presencia de los cancilleres, donde además haya una fuerte veeduría de la sociedad civil.

En el continente la propuesta ha encontrado un buen clima. Por un lado, en la región ha coincidido un denodado esfuerzo de varios países -Chile, Venezuela, Brasil y Colombia- por invertir en armamento y en modernizar sus fuerzas militares, junto al avivamiento de conflictos cuyos desenlaces son difíciles de predecir. Es el caso del problema vigente en la región por el tema de las Farc, o la amenaza de secesión en Bolivia.

La propuesta de Brasil llega en un momento en el que Estados Unidos también está moviendo sus fichas en la región. A partir del próximo primero de julio se reactivará en los mares del continente, después de 58 años, la llamada Cuarta Flota. Según el Comando Sur, esta consistirá sólo en el despliegue del buque Boxer, que actualmente está en labores humanitarias en El Salvador, y la realización de ejercicios militares multinacionales. "La Cuarta Flota será apoyada por 80 personas desde nuestra base naval de Mayport en el estado de Florida, pero no contará con buques asignados de ningún tipo. Cuando la Cuarta Flota ejecute sus misiones, lo hará con barcos proporcionados por nuestra Armada, para uso específico de esas misiones. El buque más grande que trabajará con la Cuarta Flota es el buque hospital Comfort", dice José Ruiz, portavoz del Comando Sur.

Aun así, nadie desconoce que su presencia en las aguas continentales incrementará el monitoreo de Estados Unidos en la región. Monitoreo que sigue siendo centro de controversia permanente. La semana pasada se generó un nuevo incidente, cuando un avión espía norteamericano violó el espacio aéreo de Venezuela, y los ánimos se volvieron a caldear cuando el presidente Álvaro Uribe rompió su silencio sobre el tema de la base militar norteamericana que será levantada de Manta, Ecuador, y que no descarta que sea instalada en Colombia.

En medio de la diplomacia brasileña, y del incremento de la presencia de Estados Unidos están las jugadas militares del presidente venezolano Hugo Chávez. La revolución bolivariana de Chávez, por ser revolución, lleva intrínseco el elemento militar, y por bolivariana conlleva a su expansión en varios países. Chávez ha comprado gran cantidad de armamento convencional, pero lo que más preocupa a muchos de sus vecinos es su planteamiento de guerra asimétrica.

Aunque inicialmente nadie se tomaba en serio la hipótesis de guerra de Chávez, porque parecía descabellada, las evidencias que ha arrojado el computador de Raúl Reyes, en el sentido de que éste estaría financiando y armado a las Farc, y no con cualquier bicoca, sino con 300 millones de dólares, se han empezado a convertir en una preocupación. El proyecto bolivariano podría ser expansionista no sólo en términos políticos, sino en términos militares, apelando al crecimiento y la proliferación de guerrillas.

Sin duda, la propuesta de crear un Consejo Suramericano de Seguridad está a mitad de camino entre la tradicional hegemonía de Estados Unidos en la región y las propuestas revolucionarias de Chávez. Y justamente para que llegue a funcionar, los analistas ven dos obstáculos: Colombia y Venezuela. Colombia porque en función de su lucha contra las Farc tiene una adhesión profunda con Estados Unidos, que es el país que en últimas le ha tendido la mano y al cual necesita para no desfallecer en el intento de derrotar militarmente a la guerrilla. Nadie más en el continente tendría ni la voluntad ni la capacidad de darle semejante apoyo. El otro obstáculo es Chávez porque con el dinero que tiene (y mientras el petróleo sigue subiendo) puede llegar a tener demasiado peso en un organismo suramericano.

Pero, si se mira del otro lado, justamente Brasil puede servir como árbitro de los conflictos y moderar muchísimo a presidentes más radicales como Chávez. Brasil, con su aspiración de potencia de primer mundo, no va dejar que el mandatario venezolano lo opaque.

El hecho de que Uribe haya pedido tiempo para estudiar la propuesta deja abierta la posibilidad de que se ingrese al Consejo más adelante. Fuentes del Ministerio de Defensa le dijeron a SEMANA que Colombia tiene en principio la consideración de que el Consejo no debería excluir temas de seguridad, como terrorismo y narcotráfico. Algo a lo que no le camina ningún país de Suramérica donde desde cuando terminaron las dictaduras, los militares han quedado al margen de los asuntos de seguridad interna.

En todo caso, con Colombia o sin ella, el Consejo de Seguridad Suramericana se instalará en el segundo semestre de este año, y Uribe deberá enfrentar un gran dilema. Por un lado, si se queda por fuera, se aísla de la región aun más. Una región que ya le critica su incondicional adhesión a Estados Unidos y su doctrina de transgredir fronteras en su lucha contra las Farc. Ingresar al Consejo también sería un riesgo, dado que varios de los gobiernos allí sentados han apoyado en mayor o menor grado al enemigo interno de Colombia, que es la guerrilla. Y no se sabe si Brasil, con sus nuevos bríos, pueda ser un contrapeso suficiente para mantener el equilibrio y la paz en la región.


La Brigada XVII estuvieron en la masacre de San José de Apartadó junto con hombres al mando de “don Berna”
Detención arbitraria a comunicadores de indymedia Ecuador


El Silencio de los asesinos

El capitán Gordillo del Ejercito Colombiano admitió que hombres adscritos a la Brigada XVII estuvieron en la masacre de San José de Apartadó junto con hombres al mando de “don Berna”

La extradición fulminante de los jefes paramilitares a EEUU, la perdida de computadores y de expedientes relacionados con paramilitarismos y el repentino mutismo de algunos de ellos, deja claro que Uribe está silenciando con cortinas de humo algo a lo que poco a poco se estaban acercando las indagatorias e investigaciones realizadas por la Corte. Desde luego en todo esta crisis de Estado nos falta plenamente un sector, la “Fuerza Pública”, que son precisamente los autores o coautores materiales de los crímenes de lesa humanidad cometidos en Colombia. Hasta ahora y por fortuna uno de los pocos implicados directos ha sido el Gral Rito Alejo del Río, pero con él hay un resto de militares.

Para el caso de San José de Apartadó estamos hablando de más de 80 militares implicados, un grupo de 50 paramilitares y una cúpula de de autores “intelectuales” en donde hay capitanes, generales, jefes paramilitares, tenientes, que coordinaron esta masacre, conocieron de ella, estuvieron y callaron. (21 de febrero del 2005 – asesinaron a cuatro menores de edad y 4 adultos - Luis Eduardo, Bellanira, Deiner, Santiago, Sandra, Alfonso, Alejandro y Natalia)





Bogotá, mayo 19 (Movimiento Estudiantil UNAL). Delegaciones de las cuatro sedes de la Universidad Nacional de Colombia reunidos en la sede Bogotá los días 17 y 18 de mayo de 2008, discutimos la situación actual del movimiento universitario ante la crisis que vive hoy nuestra universidad y tomamos las siguientes definiciones:

1. Ratificar las exigencias consignadas en el pliego nacional que ha venido demandando el movimiento universitario de la Universidad Nacional en los últimos meses y en razón a ello mantener la anormalidad académica, exigiendo la derogatoria del Acuerdo 008 del 15 de abril de 2008. Un Acuerdo que fue impuesto a la comunidad universitaria, desatendiendo la voluntad de la comunidad académica que clama por la construcción democrática de las reformas que determinan el futuro y el rumbo de la Universidad Nacional. El contenido de este Acuerdo profundiza la política privatizadora y con ello la exclusión y la desigualdad que promueve e ha venido imponiendo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, bajo los contenidos de la llamada “Revolución Educativa” que precisamente busca adecuar la educación superior a los requerimientos de las transnacionales y de las universidades corporativas.

2. La Asamblea propone a través del consenso de las cuatro sedes, impulsar un plebiscito de carácter vinculante que se configure en el elemento derogatorio del Acuerdo. Es indispensable que en una universidad que se reclama democrática, las principales determinaciones sean acogidas a la luz de las definiciones de la mayoría de la comunidad universitaria, en un ejercicio de deliberación y decisión pública, dando a la población universitaria la real dimensión de las implicaciones concretas de cada artículo y el sentido integral que relaciona los contenidos de estos artículos con el modelo de universidad que requiere Colombia. Por tanto es preciso que la construcción del estatuto sea un proceso democrático que recoja las propuestas elaboradas desde los semestres, las carreras y las facultades de todas las sedes de nuestra universidad. Un estatuto construido nacionalmente y convalidado por un plebiscito vinculante que le dará el carácter de obligatorio cumplimiento a las directivas de la universidad.

3. Buscaremos a través de la comisión negociadora, restablecer la negociación con las directivas de la universidad en la reunión del próximo martes 20 de mayo en la sesión del Consejo Superior Universitario, para plantearles nuestra disposición de salir de la crisis actual a través de la propuesta que hemos esbozado. Consideramos que la universidad debe estar atenta a los legítimos reclamos del estudiantado, que ha manifestado permanentemente su rechazo a un estatuto estudiantil que promueve la restricción a los derechos fundamentales como los de la libertad de expresión, de asociación, la libertad de cátedra entre otros. El movimiento manifiesta así su disposición de sentarse a la mesa para encontrar caminos de acuerdo que permitan poner al centro los intereses de la universidad pública colombiana.

4. El movimiento emprenderá acciones jurídicas y de resistencia civil necesarias para la promoción y convalidación del pliego nacional de exigencias. Por tanto en las distintas sedes se impulsaran movilizaciones, concentraciones y demás que aglutinen a la comunidad universitaria en función de hacer entender al CSU el revestimiento de las decisiones tomadas antidemocráticamente.

5. La próxima semana se realizaran asambleas por facultades, asambleas generales en cada una de las sedes, en donde se abordaran especialmente los informes de la comisión nacional negociadora, el informe de la asamblea nacional de estudiantes de la universidad nacional y se construirá la agenda de movilización por sedes.

6. Rechazamos las declaraciones del Rector Moisés Wasserman que han intentado legitimar acciones de represión contra el movimiento universitario, que pasan por anunciar militarización de las sedes, el adelanto de vacaciones o peor aun, la cancelación del semestre. Todos, pronunciamientos que son muestra fehaciente de la falta de voluntad política tanto de la administración de la universidad como de la misma incidencia del gobierno nacional en el atropello a la organización estudiantil y a los procesos democráticos. Responsabilizamos a las directivas en cabeza del rector Wasserman, por ser quienes tienen la posibilidad de declarar el cierre de semestre, y a sus determinaciones autoritarias, el costo político, social y económico, que una medida autoritaria de esa magnitud tendría para la Universidad Nacional de Colombia, costos que no se compadecen con la posibilidad de derogar del Acuerdo 008 del 15 de abril de 2008, en aras de la democracia en la universidad.

LECTURAS RECOMENDADAS PARA LA SEMANA:


El Imperio del Consumo - Eduardo galeano

Colombia el mejor proveedor de mercenarios - ESTUDIO DEL
norteamericano Jeremy Scahill

ACERCA DEL RECLUTAMIENTO EN EL SUROCCIDENTE ANTIOQUEÑO

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